No sabía cómo empezar este blog, sé que quiero compartir en palabras e imágenes lo que llego a sentir y pensar, lo he postergado por que me parecía egoico e irrelevante … ¿a quién le puede interesar lo que me pasa o lo que pienso o siento? … y si, quizá a nadie más le importen MIS sentimientos o MIS pensamientos pero hace poco descubrí que escuchando a las otras encontraba compañía, solo leyendo o escuchando estaba menos sola. Eso me animó a empezar.
Mi drama, mi locura, mi ansiedad, mi inseguridad y yo de pronto descubrimos que no estábamos solas, me sentí reconfortada al saber que no soy la única mujer que de pronto la pasa mal con temas que parecerían poca cosa frente a la realidad macro que vivimos las mujeres. Las historias de las otras me cobijaron y a través de su experiencia a veces he aprendido algo que me ha ayudado, estoy entendiendo la importancia de darle nombre a lo que siento y contar las «pequeñeces» que duelen y que nos han enseñado a callar, que hemos reprimido y que son condenadas, desde dramas, depresiones, baja autoestima, hablar de todo aquello que nos fragmenta.
Sanar una pequeña cosa a la vez es dar grandes pasos colectivos y darme cuenta que esto que siento lo has sentido tú también es un calorcito en el corazón que anima a seguir y sanar a través el espejo de la otra.
Así empiezo, copartiéndote que soy una humana con un montón de cosas rotas pero también toda la voluntad de reconstruirse … y no soy la única.
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